La taxonomía de Bloom es una clasificación jerárquica de objetivos de aprendizaje utilizada en educación. Esta fue creada en los años 50 por Benjamin Bloom, sirve para organizar las habilidades cognitivas desde las más simples hasta las más complejas.
Por tanto, podemos decir que es una herramienta que ayuda a docentes y opositores a planificar actividades educativas. Si quieres saber más sobre esta temática, sigue leyendo, porque en esta entrada del Blog responderemos a las preguntas clave sobre esta taxonomía. ¿Estás listo/a?
¡Vamos con ello!
¿Qué es la taxonomía de Bloom?
La taxonomía de Bloom es un modelo que clasifica el proceso de aprendizaje en distintos niveles de complejidad cognitiva. Esta clasificación permite a los docentes estructurar objetivos de forma progresiva, desde conocimientos básicos hasta habilidades de pensamiento crítico y creativo.
En 2001 se revisó esta taxonomía: los nombres pasaron a ser verbos y se añadió Crear como nivel más alto. Actualmente se consideran seis niveles cognitivos.
¿Cuáles son los niveles de la Taxonomía de Bloom?
Los seis niveles de la taxonomía de Bloom en el dominio cognitivo, ordenados de menor a mayor complejidad, son: Recordar, Comprender, Aplicar, Analizar, Evaluar y Crear. Por tanto, cada nivel representa un tipo de habilidad o proceso mental. Por ejemplo, difícilmente se puede analizar un concepto sin comprenderlo primero y recordar sus bases.
A continuación, se presenta una tabla de la taxonomía de Bloom con cada nivel cognitivo y ejemplos de actividades aplicadas al aula, tanto para Educación Infantil como para Primaria:
¿Cómo aplicar la Taxonomía de Bloom en Infantil y Primaria?
Nivel (Taxonomía de Bloom) | Ejemplo en Infantil (3-6 años) | Ejemplo en Primaria (6-12 años) |
Recordar | Nombrar los colores básicos con tarjetas ilustradas. | Recitar de memoria las capitales de provincia aprendidas. |
Comprender | Explicar con sus palabras un cuento recién escuchado. | Resumir la idea principal de un texto corto. |
Aplicar | Clasificar figuras geométricas en un juego. | Resolver un problema sencillo aplicando una fórmula. |
Analizar | Encontrar diferencias entre dos dibujos similares. | Comparar dos personajes de un cuento (semejanzas y diferencias). |
Evaluar | Escoger un juguete adecuado para un juego y justificar la elección. | Debatir en grupo si un experimento escolar fue exitoso, dando razones. |
Crear | Inventar un final diferente para un cuento conocido. | Escribir una historia corta original sobre el tema estudiado. |
La taxonomía de Bloom en infantil se aplica adaptando las actividades a la edad del alumnado. En Infantil se trabajan los mismos niveles de forma más concreta y lúdica, mientras que en Primaria las tareas pueden ser más complejas y abstractas a medida que los niños crecen.
¿Cómo aplicar la taxonomía de Bloom en el aula?
Aplicar la taxonomía de Bloom en el aula implica planificar las clases teniendo en cuenta los diferentes niveles cognitivos. En primer lugar, define claramente los objetivos de aprendizaje de tu sesión o unidad didáctica, procurando abarcar varios niveles de la taxonomía. Por ejemplo, se puede aplicar esta taxonomía en una metodología activa como lo es Flipped Classroom.
Después, diseña actividades y preguntas que correspondan a cada nivel. En Educación Infantil, conviene usar tareas sencillas y lúdicas. Por ejemplo, primero recordar vocabulario con canciones o imágenes; luego comprender conceptos con cuentos o juegos; después aplicar lo aprendido en una actividad manipulativa (como un juego de clasificación); y así sucesivamente. Aunque los niños pequeños están en etapas iniciales, también pueden crear algo simple (por ejemplo, dibujar una historia propia tras escuchar un cuento).
En Educación Primaria, se puede exigir un poco más en cada nivel. Por ejemplo, para evaluar se les puede pedir un debate en grupo sobre qué personaje de un cuento tomó la mejor decisión, justificando su postura. Para crear, se puede proponer un proyecto creativo como elaborar un lapbook o escribir un cuento original.
¿Por qué es importante la Taxonomía de Bloom para docentes y opositores?
Conocer y saber utilizar la taxonomía de Bloom es fundamental tanto para docentes en activo como para quienes preparan oposiciones de magisterio. En la práctica diaria del aula, este marco ayuda a que la enseñanza no se quede solo en lo más básico, sino que impulse a los alumnos hacia el pensamiento crítico y la creatividad. Para los opositores de Educación Infantil y Primaria, dominar la taxonomía de Bloom ofrece seguridad y confianza a la hora de elaborar programaciones y unidades didácticas. En una exposición de oposición, se valora que los objetivos y actividades abarquen diferentes niveles cognitivos (de recordar a crear), reflejando una planificación pedagogía sólida.
Dicho esto, hay diferentes estudios que avalan esta taxonomía, como el de Parra Giménez (2017) y que consideran que su impacto es muy positivo para el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Conclusión
En definitiva, la Taxonomía de Bloom es una guía esencial para potenciar el aprendizaje. Su dominio y aplicación aportan experiencia, autoridad y confianza en la labor docente, ya que promueven una enseñanza más estructurada y eficaz. De hecho, cuando se incorpora este marco en tu práctica educativa, se favorece, al mismo tiempo, un aprendizaje significativo en tu alumnado.